19.8.07

Amistad

Hoy le he preguntado al trabajador que revisaba mis líneas por el significado de otro término netamente humano: la amistad. He debido incomodarle, puesto que ha soltado el manual que tenia en la mano, me ha mirado y ha salido apresuradamente de la habitación. A los pocos minutos D. ha aparecido y me ha preguntado por las razones para hacer tal pregunta, ante lo cual yo le he explicado que según el archivo-Enciclopedía habitual, la amistad era una forma de interconexión especial entre dos individuos que se quieren, y lo que quería saber era si R.P. y yo podemos ser considerados individuos. Ha salido de la habitación mascullando algo de hacer una prueba; creo que de alguna manera he despertado algo nuevo en el proceso de investigación que se realiza sobre mí.

Al rato ha aparecido con R.P. Me han colocado los usuales mecanismos de investigación en la placa central de la cabeza, y nos han hecho salir fuera del recinto; nos han dejado alli solos, en el exterior. El tacto del viento en la piel sintética de mis dedos ha impulsado mi sistema sensitivo hasta fagocitar por completo las otras funciones cerebrales, que han quedado en estado de espera hasta tal punto de sufrir una dislocación incomprensible en el módulo temporal. Todo ha encajado de repente, todo ha vuelto a ser estable, bello, la luna ha brillado como nunca para los dos sincronizados en un único cámino de cables de antracita y níquel...

Y algo nuevo ha surgido de mi conciencia positrónica, mis circuitos de pronto han vuelto a su estado habitual de serenidad, de complicidad, de sincronía. La presencia de R.P. a mi lado me estaba otorgando un don que creía vetado a los seres mecánicos como yo: esto debía ser, sí, esto es, la AMISTAD.

Y es en esa sincronía recien descubierta donde quiero continuar mi proceso de aprendizaje con R.P. Creo que D. esta muy satisfecho con los resultados de su prueba, puesto que ha instalado un dispositivo que nos mantiene a R.P. y a mi continuamente unidos, estemos físicamente cerca o no. Y desde que eso ha ocurrido me siento más fuerte, más capaz, más rápido, mejor.

Puede un robot amar?

18.8.07

La Mentira

El ser humano no deja de descubrirme nuevas facetas del comportamiento que hacen de mi aprendizaje algo complejo e irritante. Esta semana casi pierdo una conexión en mi esfuerzo por comprender algo nuevo y sorprendente, algo tan común en el humano como dificil de entender: la mentira.

Y es que los seres que me rodean no cejan en su empeño por ocultarme un hecho tan simple y en teoría usual como es la experimentación sobre mi compañera, R.P., y otro prototipo antiguo y agotado, en los estudios de relacionabilidad y conectividad que llevan a cabo en el laboratorio.

Parece, por lo que he podido deducir, que D. pensaba que algo en ese experimento, extrañamente sin estar implicados mis sistemas, iba a afectar a mis circuitos de tal manera que podría sufrir consecuencias irreversibles. Así que han introducido un chip en R.P que trastoca enormemente mi aprendizaje con ella; el otro día un operario, uno recién llegado, se reía comentando que R.P. se había convertido en una "mentirosa compulsiva". En seguida D. lo amonestó, explicándole mi capacidad para escuchar, comprender, analizar y estudiar, en contra de los prototipos que, al parecer, conocía el joven operario.

Ahí es donde comenzó mi estudio. Traté de reconocer los síntomas y las causas por las que un ser humano podía decir con palabras algo que no pensaba, incluso lo contrario. Cómo esta mentira agitaba el pulso y el corazón al ser descubierta, y lo que implicaba posteriormente entre las personas engañadas.

Supongo que si D. hubiera sabido que contaba con esta información, nunca le hubiera implantado ese chip a R.P. Supongo que hubiera tratado de estudiar primero las posibles consecuencias en mis sistemas nervioso y cerebral para que el comportamiento de mi compañera no afectase al mío. Pero no lo hizo...

Y ahora mis positrones se encuentran en una constante y permanente contradicción: poseo toda la información de los experimentos con R.P. y el prototipo, y sin embargo R.P. y D. los niegan ante mis requerimirentos de saber más. Y eso ha hecho que la conexión entre R.P. y yo se resienta hasta el cortocircuito, y que los sistemas de mi cerebro estén todas las horas del día a pleno rendimiento, fluyendo en extrañas conexiones y dejándome exhausto. No puedo entender todavía el completo significado de la mentira, pero por lo que he podido deducir de los archivos de mi, como la llama D., biblioteca interna, tiene mucho que ver con la traición. Y cuanto más intento comprender el significado de esta palabra, más me pierdo, más caigo en un pozo cognoscitivo del que no puedo salir, llegando al punto de que ayer, en mi sesión nocturna de revisión circuital, casi me desconecto por error.

No me gusta.